Mucha gente piensa que la neumonía es una enfermedad que afecta principalmente a las personas mayores, pero la realidad es muy diferente: es la enfermedad infecciosa que más muertes de niños ocasiona en todo el mundo. Es un dato impactante, y que debemos conocer: cada 43 segundos, al menos un niño muere a causa de la neumonía. Como profesionales de la salud, en la Nueva Clínica del Niño consideramos inaceptable que miles de niños estén expuestos a riesgos que son, en su mayoría, evitables. Nuestro objetivo es brindarte la información necesaria para proteger a tus hijos.
Señales de Alerta y Cómo se Contagia
La neumonía es una infección respiratoria aguda que inflama los pulmones, pudiendo llenarlos de líquido. No existe una única causa, ya que puede ser provocada por bacterias, virus u hongos que están en el aire. Los niños con defensas más débiles, como los recién nacidos o aquellos con malnutrición, son los más vulnerables.
¿Cuáles son los síntomas clave?
Los más comunes son tos, fiebre y, sobre todo, dificultades para respirar. Es crucial prestar atención a la respiración acelerada y si notas que la parte baja del pecho de tu hijo se hunde o retrae al inhalar (el pecho de una persona sana se expande). Además, ten en cuenta que la neumonía causada por virus o bacterias es contagiosa y se transmite por gotitas al toser o estornudar.
El diagnóstico temprano es vital. Los profesionales de la salud pueden detectarla con un simple reconocimiento físico, analizando los patrones respiratorios y auscultando los pulmones. En nuestra Clínica, de ser necesario, se complementa con rayos X o análisis de sangre para un diagnóstico preciso. Una vez confirmada, el tratamiento se ajusta a la causa. Si es bacteriana, los antibióticos son la solución; si es por virus o micobacterias, se requiere un tratamiento diferente. En casos graves, donde la inflamación impide la correcta llegada de oxígeno a la sangre, el oxígeno es un tratamiento fundamental y vital.
Claves de la Prevención: El mejor escudo es la información
La buena noticia es que gran parte de los casos de neumonía son prevenibles. Nuestro primer llamado a la acción es reforzar las medidas de protección: garantizar que los bebés reciban lactancia materna (que fortalece su sistema inmune), mantener el calendario de vacunas al día (especialmente la antineumocócica conjugada, o PVC, y las de sarampión, tos ferina e Hib), y promover una nutrición adecuada. Además, las buenas prácticas de higiene son esenciales: lavarse bien las manos con jabón reduce significativamente el riesgo. Finalmente, es importante limitar la exposición a la contaminación del aire, tanto exterior como interior. En la Nueva Clínica del Niño, te invitamos a ser un agente activo en la salud de tu hijo. Ante la menor sospecha de síntomas respiratorios, la consulta oportuna es la clave para prevenir complicaciones.

