La irrupción de la tecnología en el ámbito de la salud ha revolucionado la forma en que diagnosticamos, tratamos y prevenimos enfermedades. Sin embargo, este avance también plantea interrogantes sobre cómo preservar el vínculo humano entre médicos y pacientes en una era cada vez más digital.
En una reciente conversación con la Dra. Vanina Schbib, reconocida oftalmóloga pediatra, se analizó el impacto de la tecnología en la calidad de la interacción médico-paciente. La especialista enfatizó la necesidad de encontrar un equilibrio entre el uso de herramientas innovadoras y la empatía que caracteriza una atención médica centrada en la persona.
«La tecnología nos brinda herramientas poderosas para mejorar diagnósticos y tratamientos, pero nunca debe sustituir la conexión humana que define nuestra profesión», señaló la Dra. Schbib. Además, advirtió que una dependencia excesiva de los dispositivos tecnológicos podría llevar a una despersonalización de la atención médica y aumentar el riesgo de errores por falta de interpretación contextual.
En este contexto, el desafío no es solo integrar la tecnología, sino hacerlo de una manera que potencie el diálogo, la confianza y la colaboración entre médicos y pacientes, garantizando que la salud siga siendo, ante todo, un espacio humano.
