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Cómo prevenir y actuar ante el golpe de calor en niños/as

Durante los días de altas temperaturas, es fundamental estar alerta a los efectos del calor en niños/as y jóvenes, quienes son especialmente vulnerables a trastornos como el agotamiento por calor y el golpe de calor. Aquí te contamos qué son, cómo identificarlos y qué medidas tomar para prevenirlos y tratarlos.

Estos trastornos son consecuencia de la exposición prolongada a altas temperaturas y humedad o del esfuerzo físico intenso bajo estas condiciones. En estos casos, el cuerpo tiene dificultades para regular su temperatura, lo que puede llevar a un golpe de calor, una situación grave donde la temperatura corporal supera los 40° C.

Síntomas

Reconocer los síntomas es clave para actuar a tiempo:

Agotamiento por calor (etapa previa al golpe de calor):

  • Sudoración excesiva.
  • Piel pálida y fresca.
  • Sensación de calor sofocante.
  • Sed intensa y sequedad bucal.
  • Calambres musculares.
  • Cansancio extremo o debilidad.
  • Dolores de cabeza, estómago, inapetencia o vómitos.
  • Mareos o desmayos.
  • Irritabilidad, especialmente en los más pequeños.

Golpe de calor (situación muy grave):

  • Temperatura corporal de 39°C a 40°C o más.
  • Piel roja, caliente y seca.
  • Respiración y frecuencia cardiaca aceleradas.
  • Dolor de cabeza intenso.
  • Alteraciones del comportamiento como desorientación, delirios o pérdida de conciencia.
  • Convulsiones.

Grupos de riesgo

Los más vulnerables son:

  • Menores de 5 años, especialmente lactantes.
  • Niños con enfermedades crónicas o fiebre.
  • Niños con obesidad, desnutrición o piel quemada por el sol.

Prevención

Evitar el golpe de calor es posible siguiendo estas recomendaciones:

Hidratación y alimentación:

  • Ofrecer agua segura y jugos naturales con frecuencia.
  • Evitar bebidas con cafeína, azúcar en exceso o alcohol.
  • Proporcionar comidas livianas.

Ambiente y actividades:

  • Reducir la actividad física en horarios de mayor calor.
  • Permanecer en lugares ventilados y frescos.
  • Vestir ropa liviana, de algodón y colores claros.
  • Mojar el cuerpo con frecuencia y evitar la exposición directa al sol entre las 10 y las 16 horas.

¿Qué hacer si ocurre?

  1. Llevar al niño a un lugar fresco y ventilado.
  2. Desvestirlo y mojar su cuerpo con agua fresca.
  3. Ofrecer líquidos y permitir que descanse.
  4. Consultar al pediatra o a un centro de salud.

Cuidar de los más pequeños y los mayores es fundamental en días de calor extremo. Estemos atentos y tomemos las medidas necesarias para proteger su salud.