Los golpes en la cabeza de los niños, aunque a veces leves, pueden ser preocupantes para los padres. Desde caídas de una cama hasta accidentes en triciclos, estos incidentes requieren atención inmediata y seguimiento cuidadoso. El Dr. Mario Ferreyra, neurólogo de la Nueva Clínica del Niño, nos comparte recomendaciones y explica cómo actuar frente a estas situaciones, basándose en su amplia experiencia en pediatría.
Las caídas más comunes en pediatría
El Dr. Ferreyra, con más de cuatro décadas de experiencia en la Nueva Clínica del Niño, destaca que los traumatismos de cráneo son la patología más frecuente entre los niños. «He visto chicos que se han caído desde un triciclo y han necesitado cirugía por un hematoma, mientras que otros se han caído de una cucheta y no les ha pasado nada», comenta.
Este contraste resalta que no siempre existe una correlación directa entre la magnitud del golpe y la gravedad de las consecuencias.
Entonces, ¿cómo actuar inmediatamente tras una caída? Es fundamental estar atentos al estado de conciencia del niño tras una caída. «Hay que observar que el niño mantenga un nivel de conciencia adecuado durante las primeras 24 horas. Si el accidente ocurrió en la tarde, es recomendable despertarlo cada dos horas para comprobar su estado», aconseja el Dr. Ferreyra. Mantener un monitoreo constante puede ser clave para detectar complicaciones tempranas.
¿Cuándo ir a la guardia?
Siempre es mejor pecar de precavido cuando se trata de un golpe en la cabeza. El Dr. Ferreyra insiste en la importancia de una evaluación médica inmediata: «En cuanto ocurre un golpe, hay que ir a la guardia para evaluar la magnitud del traumatismo. A veces es necesario realizar estudios complementarios, como una tomografía, especialmente si hay sospechas de fractura craneal». Las fracturas no siempre requieren cirugía, pero si hay hundimiento de cráneo, es necesario intervenir quirúrgicamente.
El Dr. Ferreyra menciona que los vómitos tras un golpe en la cabeza son comunes en los niños, pero alerta que, si el niño vomita de manera repetida, puede ser un signo de alarma: «Uno o dos vómitos no tienen mayor relevancia, pero si el niño vomita de manera constante, es necesario buscar atención médica». Además, sugiere observar las pupilas, ya que una pupila dilatada comparada con la otra puede ser indicativa de un hematoma en formación.
Convulsiones febriles: otro motivo de preocupación
Otro aspecto a tener en cuenta tras un golpe en la cabeza son las convulsiones. Sin embargo, el Dr. Ferreyra aclara que no todas las convulsiones están asociadas a la epilepsia: «Las convulsiones febriles son muy comunes en pediatría. Un niño puede tener convulsiones sin que esto implique un diagnóstico de epilepsia». En estos casos, el protocolo médico suele incluir la internación del niño por un día para observación y la realización de estudios de seguimiento.
«Si el niño tiene una convulsión, no es necesario realizar un electroencefalograma de inmediato. Se puede esperar dos o tres días para evaluar bien la función cerebral», indica el especialista. Además, si bien en algunos casos la convulsión puede ser tratada con medicación, generalmente se espera hasta que ocurran tres o cuatro episodios antes de iniciar un tratamiento preventivo.
Desde la Nueva Clínica del Niño estamos comprometidos en brindar la mejor atención pediátrica, y contamos con un equipo altamente capacitado para asistir en situaciones de emergencia. ¡La salud de los más pequeños es nuestra prioridad!